Este fin de semana nos ha tocado ver la película del Joker. Hasta ahora no la había visto porque el boom mediático que tuvo me abrumó demasiado. Es curioso lo distinta que ha sido la película en comparación con las expectativas generadas a su alrededor.
Dice la sinopsis, al reverso de la carátula: “El cómico fracasado Arthur Fleck (Joaquin Phoenix) se encuentra a una banda de violentos matones mientras merodea por las calles de Gotham vestido de payaso. En la emocionante historia de su origen dirigida por Todd Phillips, Fleck, menospreciado por la sociedad, inicia un lento descenso a la locura a medida que se transforma en el genio criminal conocido como Joker.”
Creo que, sin duda alguna, decir que el Joker es un genio criminal es mentir descaradamente. Hablar de emocionante historia, también es exagerar con ganas. En lo que han sido muy sinceros, es en el lento descenso a la locura, porque la primera hora de película es bastante sosegada y tranquila, en lo que a ritmo se refiere.
La distorsión de la película
Puede que me equivoque, porque la opinión es subjetiva, pero pienso que el Joker es una película distorsionada. En el sentido en que lo que esperas, en base a lo leído, escuchado y visto, choca frontalmente con lo que recibes al ver la película.
Me explico. He leído que era la historia del Joker, el famoso villano, brillante genio, en una emocionante historia. He escuchado a absolutamente todo el mundo hablar de lo maravillosa que es, incluso comentando que es una obra maestra. Y por último, he visto su iconografía en todas partes, incluido el anuncio de Jazztel.
Sin embargo, lo que he encontrado al verla es una historia dramática sobre alguien que tiene una enfermedad mental y es completamente ignorado por la sociedad. Lo que he escuchado es a un hombre volverse loco, pero consumido por la rabia interna, no por su brillantez. Y he visto a un payaso convertirse en icono, pero no por sus ideas, sino por su simple imagen.
El Joker está sobrevalorada
Sobraría decir que creo que está sobrevalorada, pero por si acaso, lo digo: está sobrevalorada. Su estilo a medio camino entre lo alternativo y lo comercial no culmina en ningún sitio. Si creo que ha sido un blockbuster es, principalmente, por una campaña de marketing que supera con creces a la película. Lo que más ha contribuido a la conversión del Joker en película de culto es la imagen. Han creado una fotografía propia para el personaje que vende más que cualquier historia.
Más que nada, porque dudo mucho que el gran público haya disfrutado (tan fervientemente como se hace creer) la primera hora de película, donde vemos un Arthur Fleck enfermo y maltratado, en un ritmo lento y un ambiente oscuro y depresivo, que en ocasiones asfixia al personaje y al espectador.
Lo mejor del Joker
A pesar de todo lo anterior, no puedo negar que el Joker me ha gustado. Lo mejor de la película es Joaquin Phoenix con su interpretación y caracterización; especialmente está última, a la altura de Christian Bale en El Maquinista.
Además, la iconografía creada es digna de destacar. Mínimo porque va a ser referente pop durante mucho tiempo, como en su momento lo fue la del Joker interpretado por Heath Ledger en El Caballero Oscuro.
Finalmente, me gustaría compartir con vosotros una pequeña reflexión. Buscando un poco de información sobre la película, la historia del Joker y demás, me he dado cuenta de que ya han sido dos los actores que han ganado un Oscar interpretando a este personaje. Me pregunto si tiene que ver con la calidad del personaje y su historia, que al final aporta una base tan sólida para interpretar que permite a los actores lucirse, o es simple casualidad.
¿Vosotros qué pensáis?
Un pensamiento en “Joker, cuando el marketing supera a la película”