Este fin de semana me he visto de un tirón El desorden que dejas. Casualidades de la vida, buscaba algo que ver cuando me apareció en grande el tráiler de estreno en Netflix… Yo que si veo asesinatos y adolescentes ya estoy enganchada, me quedé a verla.
Para ponernos en contexto: Raquel es una profesora que acaba de pasar por la pérdida de su madre. Piensa que ya está lista para volver a dar clase y casualidades de la vida, le dan plaza en el instituto del pueblo de su marido (Norvariz). Lo que no sabe es que allí ha sucedido una tragedia, la plaza que va a cubrir era de una profesora, Viruca, que se ha suicidado. O tal vez no. El misterio que rodea a la muerte de Viruca va a obsesionar a Raquel, hasta el punto de creer que está perdiendo la cabeza.
La premisa invita mucho a ver la serie porque ya presenta al espectador la duda razonable: ¿Acabará Raquel muerta, como Viruca?
Aún asi, yo creo que el principal debate que va a haber entorno a esta serie es el acento. Cuando el elenco no es gallego pero interpretan personajes gallegos… aquí hay drama. Para mí, la mejor opción es la de Bárbara Lennie (Viruca), que no finge ningún acento. Precisamente el hecho de no hacerlo no llama la atención, se omite de forma natural y no chirría. Mientras que otros… cantan más. Sin llegar a ser exagerado ni forzado, cualquiera que sepa cómo es el acento gallego va a saber cuál es falso y cuál real.
Eso sí, El Desorden que dejas engancha desde el primer capítulo. Va uniendo giro tras giro la vida de las dos protagonistas, hasta que prácticamente una repite los pasos de la otra. El suspense y la tensión van creciendo, y como Raquel, ya no sabes de quién fiarte. Lo mejor que tiene, sin duda, es cómo te genera la necesidad de saber más. Cuando crees que ya lo tienes claro, gira.
Menos mal que entre giro y giro te dan un poco de la belleza gallega. Los paisajes son un regalo para la vista. Los colores de la serie, desde luego, son los de Galicia, entre verde y azul, entre monte y mar. Un poco más tópico y menos interesante, es el juego de siempre, en el que la droga está en todas partes.
La alternancia de escenas entre las protagonistas, que varias veces juega con el espacio-tiempo, permitiendo que el espectador suponga hechos, hile tramas o establezca conexiones hace que no pierdas interés. Aunque claro, para aquellos que esperan una serie de adolescentes, tal vez sea una decepción.
Si buscáis una especie de Física o Química, os podéis ahorrar los 8 capítulos de El desorden que dejas, porque solo hay tres personajes que sean adolescentes y tengan guion. De lo poco que hablan, es siempre sobre la muerte de Viruca. Y aunque nos gustaría saber mucho más sobre ellos, la verdad es que en este aspecto se han quedado cortos.
Por lo demás, sin querer quitarle mérito al suspense y a la carga de tensión, he echado de menos un poco más de congruencia entre los personajes, sus acciones y sus motivaciones. Un poco más de sentimiento, que me ayudara a creerme las intenciones y emociones, también habría sido genial.
Para terminar, simplemente mencionar los créditos iniciales de la serie, con unas imágenes muy bonitas acompañadas de la canción La espina de la flor en tu costado de Xoel López, que hacen justicia a la esencia poética que creo que querían transmitir.
Por cierto, la cantidad de literatura que se menciona es una cosa muy loca. Yo me he apuntado todos los libros, porque siempre me gusta coger ideas. Os dejo aquí la lista, por si alguien ha tenido la misma curiosidad.
3 comentarios en “El desorden que dejas, suspense que engancha”